Aquí tenemos el clamor de un alma en verdad enamorada de Cristo, por el disfrute personal de Él, y de todos sus beneficios. ¡Amado de mi alma! Es el signo más verdadero de interés en Jesús; cuando el alma sale en pos de Él con verdadero anhelo. El amor a Cristo es: Divino en su origen; producido por el Espíritu Santo en un corazón renovado y transformado. No es imposible amar al SEÑOR sobre todas las cosas de este mundo porque es una obra sobrenatural del Espíritu en cada creyente, de modo que el amor sincero a Jesús es la marca distintiva de un cristiano genuino.
El amor a Jesús, sobrevive a todas las pruebas, sufrimientos y desalientos. En los mejores discípulos de Cristo, puede haber oscuridad en la mente por la persecución del mundo, las aflicciones, y las tentaciones de Satanás, pero cuando Jesús, por su Espíritu Santo, despierta de nuevo el amor y deseo en el alma por Él, demuestra claramente que Su gracia permanece sin extinguirse. Y es un testimonio precioso en el alma cuando, como Pedro, en medio de las muchas circunstancias de indignidad que hay en mí, todavía puedo decir: "¡SEÑOR! tú sabes todas las cosas; sabes que te amo". Juan 21:17 No nos quedemos tranquilos hasta que seamos conducidos a la seguridad y a la certeza, mediante la obra completa del Espíritu Santo en nuestro corazón, de tal manera que podamos decir: " Jesucristo, el "Amado de mi alma".
Los incrédulos preguntan: "¿por qué amas así a tu Salvador? Corazón mío, tú no puedes responderles como para hacerles ver Su encanto, pues ellos están ciegos. Doy como razón para amarlo: Cristo nos ha comprado con Su sangre, le amamos porque murió por nosotros. Recibí el beneficio invaluable de Su amada cruz y Su preciosísima pasión, este debe ser siempre el más profundo motivo de amor. "Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero". Hay tal encanto en Su pasión, tal gloria en esa abnegación, que uno debe amarle. Acaso puedo contemplar Tu cabeza coronada de espinas sin que mi corazón sienta las espinas en su interior. Puedo verte en agonía y sin que arda mi alma con la fiebre del amor apasionado hacia Ti. Es imposible ver a Cristo y no amarle; no puedes estar en Su compañía sin sentir de inmediato que estás adherido a Él. Anda y arrodíllate a Su lado en el huerto de Getsemaní, y estoy persuadido que conforme las gotas de sangre caen al suelo, cada una de ellas será una razón irresistible para que le ames.... Recuerda que Él soportó esto por amor a ti y a otros y lo amarás.
Muchos cristianos no han conocido nunca el significado del amor a Cristo. Han sentido su fuego, pero no lo aman. Predican acerca de Él, pero no le aman. Hacen oraciones a Él, pero no le aman. Pueden recitar versos de la Biblia y tener mucho conocimiento teológico, pero no le aman. Piensan que confían en Él, pero no lo aman. ¡Oh!, no hay en su corazón un amor por Jesús semejante al de la esposa, que dice: "Amado de mi alma". Profesan amar al SEÑOR, pero claudican entre dos pensamientos.con un corazón dividido entre el amor al mundo, a los deseos del yo, de su propia voluntad y el amor al SEÑOR. Escuchen: ustedes que dicen amar al SEÑOR, pero buscan tener dos esposos; mi SEÑOR no es un esposo a medias. Él no es de los que acepta la mitad de tu corazón, porque el verdadero cristiano es alguien que ama a Cristo para siempre y con todo el corazón. Entonces, entrega todo corazón a Cristo, que estés unido a Él y seas un espíritu con ÉL, que tu afecto sea indiviso, que tu corazón sea entregado a Él constantemente, cada minuto, cada hora. Pido a Dios que con el Poder de Su Santo Espíritu lleguemos a conocer y a tener un amor semejante hacia Cristo.
Amamos tanto al SEÑOR, que comparados con nuestro amor por Jesús, todos los otros amores no son nada. Efectivamente amamos a nuestros parientes según la carne, pues estaríamos por debajo de las bestias si no lo hiciéramos. Pero debemos estar dispuestos a decir: "nosotros, de cierto, amamos a Cristo más que al esposo, a la esposa, al hermano o a la hermana y aun hasta su propia vida no puede ser mi discípulo." Luc.14:26. Podemos decir con San Jerónimo: "Si Cristo me ordenara ir por este camino, y si mi madre se colgara de mi cuello para llevarme por otro camino; y si mi padre estuviera en mi senda, implorando de rodillas y con lágrimas en los ojos que no fuera; y si mis hijos, aferrados a mis piernas, buscaran conducirme por otro camino, yo me soltaría de mi madre y de mi padre, y haría a un lado a mis hijos, pues debo seguir a Cristo."No podremos decir a quién amamos más mientras no entren en conflicto. Pero cuando llegamos a ver que el amor de los mortales requiere que hagamos esto, y el amor de Cristo, que hagamos lo contrario, entonces sabremos a quién amamos más. Nuestro amor por Cristo no debe tener rival. "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí". Mateo 10:37-38 Dirás: "Imposible amar así a Cristo". Pero para el que cree TODO le es posible.
¡Oh, debemos ver un Alma amante cuando tiene su corazón lleno de amor y de la presencia de su Salvador, cuando sale de haber estado con ÉL en oración. De cierto, ella es como un gigante refrescado con vino nuevo. La he visto derribar dificultades, caminar sobre los hierros candentes de la aflicción pero sus pies no se han chamuscado; la he visto luchar contra muchos enemigos, y ser más que vencedora. La he visto renunciar a todo lo que tenía, hasta despojarse de sí misma, por Cristo; y sin embargo, se volvió más rica, e iba siendo ataviada con ornamentos celestiales conforme se ha ido despojando, para poder arrojarse sobre su SEÑOR, y entregar todo al "amado de su alma".Oh corazón mío, te ruego que te entregues enteramente a Cristo, el amado de tu alma, que gastes lo tuyo y aun tú mismo te gastes por Su amor. ¿Acaso es ese el deseo de tu corazón el día de hoy? ¡Oh, debería serlo si conocieras a Jesús, y luego supieras que Jesús te ama! ¡Oh SEÑOR, restaura en cada creyente la fortaleza de amor por ti, que pueda hablar un lenguaje así, y sentir que es verdad.... -C. Spurgeon