"Con el sudor de tu rostro comerás el pan" Génesis 3:19.
Esta es la ley del trabajo: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan". "Comerás el pan", es poseer los medios para mantener la vida con esfuerzo duro, perseverante y laborioso. Algunos erróneamente piensan que el alimento vendrá sin hacer nada. Pero las aves aunque son alimentadas por el Padre Celestial, deben moverse e ir a buscarlo. "El labrador, para participar de los frutos,debe trabajar primero"2 Tim.2.6. Las promesas de Dios nunca fueron hechas para alcahuetear nuestra pereza. Es pura presunción esperar que "Dios nos dé nuestro pan de cada día", si descuidamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ganarlo. José para llegar a ser gobernador de Egipto, trabajó de manera dedicada, esforzada y diligente en la casa de Potifar, y en la cárcel. Y Daniel el más importante de los tres administradores que ayudaban al rey Darío en el gobierno del imperio. Tanto se distinguió entre los administradores y los sátrapas por sus extraordinarias cualidades que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino". Dan.6:3 El trabajo hecho con excelencia produce recompensa de la gente y la aprobación de Dios.
En la vida de José y de Daniel se cumplió esta palabra: "El que hace bien su trabajo, estará al servicio de los reyes y no de gente común". Prov. 22:29 La referencia aquí a "reyes", indica que estará rodeado de líderes, alcanzará ascensos, ocupará cargos de honor. El Apostol Pablo aconsejó: "Trabajen de buena gana en Todo lo que hagan, como si fuera para el SEÑOR y no para los hombres" Col. 3:23. Jesús trabajó en la carpintería hasta la edad de treinta años, y su ministerio fue un periodo de unos tres años y medio de arduo trabajo. "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo ". Juan 5:17
Con respecto a los que viven del Evangelio, 1Co 9:14. Aceptan una responsabilidad ante el SEÑOR y Dios, de dedicarse enteramente a la obra de predicar la Palabra, sin distorsionarla ni acomodarla, sin hipocresía, sin llevar doble vida, trabajando con dedicación y de todo corazón. Sin embargo, hay quienes han abusado de este derecho, porque no tienen jefe aquí en la tierra que les imponga un horario para dedicarse a la oración, estudiar, ministrar, guiar, edificar y restaurar a las ovejas y se han convertido en holgazanes codiciosos, que no sirven a Cristo sino a sus propios intereses, "enseñan mentiras para que muchos los sigan". Hechos 20:30. En todas las épocas ha habido tales. En la Iglesia de los Filipenses, encontramos al Apóstol Pablo reprendiendo a los enemigos de la Cruz, lobos rapaces vestidos de cordero, que no trabajan para el SEÑOR, sino que sirven a su propio vientre. Filip. 3:19, sirven al SEÑOR por amor al dinero: "Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario."- C.H.Spurgeon
Las palabras de Pablo a los líderes religiosos de Efeso, denotan su dedicación al trabajo para el SEÑOR, sin ningún otro interés que el amor a las almas y predicar la salvación de Cristo: "Recuerden que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.... Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo. En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: "Más bienaventurado es dar que recibir" "Hech. 20:31-35. Pablo en lugar de estar esperando ser mantenido y sacar provecho de las ovejas, ¡ayudaba a los necesitados con el fruto de su trabajo!
Y a los creyentes de Tesalónica dijo: "Ustedes saben cómo deben seguir nuestro ejemplo ni comimos de balde el pan de nadie, sino que con Trabajo y fatiga trabajamos día y noche a fin de no ser carga a ninguno de ustedes". 2 Tes.3:8. Aunque Pablo tenía el "derecho" como apóstol de recibir apoyo económico de aquellos que les predicaba, optó por ganarse la vida con su propio trabajo para dar ejemplo (de trabajo arduo contra la ociosidad). 2 Tes.3:9 Cuando Jesús envió por primera vez a los doce a predicar, les dijo: "El obrero es digno de su alimento" Mateo 10:10; y al decir esto confirió a sus apóstoles el derecho a subsistir de aquellos a quienes predicaban, pero Pablo no insistió en este derecho, trabajo duro y con entrega para su sustento mientras predicaba. Tanto que estuvo dispuesto a dar su vida por amor a Cristo y al Evangelio: "El Espíritu Santo me ha confirmado en todas las ciudades, que me esperan cárceles y tribulaciones. Pero eso a mí no me preocupa, pues no considero mi vida de mucho valor, con tal de que pueda terminar con gozo mi carrera y el ministerio que el SEÑOR Jesús me encomendó, de hablar del evangelio y de la gracia de Dios" Hechos 20:24-25.
¡Que ejemplo tan poderoso de Pablo! para todos los creyentes y en especial para los autodenominados apóstoles y profetas de hoy, codiciosos y haraganes, que enseñan la falsa doctrina del Evangelio de la prosperidad, "que solo piensan en lo terrenal", se aprovechan de las ovejas, codician el oro, la plata, los vestidos, carros, y mansiones lujosas, sus enseñanzas enfatizan en el dinero y en lo material como prioridad para beneficiarse a sí mismos. "Acerca de estos les dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la Cruz de Cristo"; Fil,3:8, han olvidado predicar lo más importante; la obra de Cristo en la Cruz por gracia, nuestra salvación, que es un regalo gratuito del cielo. Porque las cosas sagradas no tienen precio temporal. Dios tenga misericordia de ellos cuando tengan que rendirle cuentas. Rom.14:12
Los siervos del SEÑOR deben estar libres de enredos mundanos, de codicia y orgullo y deben vivir en absoluta dependencia de Dios a quien han consagrado sus vidas: "Servir a mi SEÑOR Jesús es cuidar una higuera que produce los más dulces higos. Su servicio es en sí mismo un deleite, la continuación de ese servicio es una promoción, y el éxito en ese servicio es la bendición aquí abajo, y la recompensa por ese servicio es la gloria arriba".C.Spurgeon Aprendemos del texto de nuestro interés, Génesis 3:19, que todos los hombres, sin distinción, deben dedicarse al trabajo o alguna actividad que sea útil; y que ningún hombre tiene derecho a pasar su vida en holgazanería. Gracias a Dios por su Bendita y poderosa Palabra. Amén.