"Sé SEÑOR, que Tus juicios son justos, y que en Tu fidelidad me has afligido". Salmo 119:75"
Sé, oh Señor, que tus juicios son justos". Aquí se manifiesta la ausencia de toda disposición a murmurar, quejarse y rebelarse contra los designios de Dios. El lenguaje indica un corazón, libre de pensamientos duros de Dios. Expresa la más profunda sumisión a la voluntad de Dios. Expresa nuestra inclinación a que los sucesos dolorosos que nos acontecen se ven como "juicios", y se sienten como aflicciones. Esta es la expresión de una fe segura, una fe que tiene toda la certeza de lo que espera. La sentida convicción de la presencia de Dios y Su amor lo inspiraron con fortaleza y lo alegraron con luz en el día más oscuro de su experiencia terrenal. Y esta posición se recomienda a la vez a la más alta y clara razón y a los más profundos afectos del hombre. Es a través de la fe en el Dios perfecto y paternal que el espíritu cansado del hombre encuentra paz y reposo.
"Sé, oh SEÑOR, que tus juicios son justos". Esta es la expresión de un alma devota. Cuántos hombres y mujeres pasan sus días en una protesta inconsciente contra la providencia divina. Todo para ellos es un obstáculo. Tampoco se puede curar esta terrible enfermedad del espíritu hasta que el pensamiento del gobierno soberano de Dios se convierta en una convicción fija en el alma y en un principio fundamental de la vida. Así se mata el egoísmo que magnifica nuestra importancia individual desproporcionada, que se convierte en la raíz prolífica del descontento y la amargura. Las decepciones llegan al hombre y las esperanzas preciadas se desvanecen. Debemos saber que Dios reina, siempre supremo en la oscuridad como en la luz, en la tribulación como en la alegría. Sabemos que aunque las nubes y las tinieblas lo rodean, la justicia y la misericordia son las moradas de Su trono.
"Sé SEÑOR, que Tus juicios son justos, y que en Tu fidelidad me has afligido". Expresa la más profunda sumisión a la voluntad de Dios. Nuestro SEÑOR Jesús, "varón de dolores y experimentado en quebrantos", Isa.53:3, cuando la crisis más penosa de Su vida estaba sobre Él, cuando la cruz estaba a la vista, y la agonía de Su alma estaba en su apogeo; sin embargo, debido a Su confianza viva en Dios, dijo: "No se haga mi voluntad, oh Padre, sino la tuya". Este es el testimonio de Cristo de la gran y consoladora verdad expuesta en nuestro texto: "Sé SEÑOR, que Tus juicios son justos, y que en Tu fidelidad me has afligido", que todo lo que sucede en el orden divino de los acontecimientos es justo; Dios gobierna en y sobre todos los asuntos y eventos, y Suyo es el gobierno de la sabiduría infinita, la justicia infinita y el amor infinito.- John Cordner"
Testifico que los peores días que he tenido, han resultado ser mis mejores días, y cuando Dios me ha parecido más cruel, es cuando ha sido más amable. Si hay algo en este mundo por lo cual le bendijera más que por cualquier otra cosa, es por el dolor y la aflicción. Yo estoy seguro que en estas cosas se ha manifestado Su amor más rico y más tierno hacia mí. Les ruego hermanos, que si en este momento están muy abatidos y grandemente angustiados, fortalezcanse en la abundante fidelidad del Dios que se oculta. Las carretas de nuestro Padre avanzan con mayor estruendo, cuando nos traen la carga más pesada de las barras de oro de Su gracia. Las cartas de amor del cielo son enviadas con frecuencia en sobres de bordes negros. La nube negra de horror está llena de misericordia.
No debemos buscar los problemas, pero si somos sabios, los miraremos como la sombra de una bendición inusualmente Grande. Teman la calma, pues con frecuencia es traicionera, y bajo su ala acecha la pestilencia. No teman a la tormenta, pues trae salud en sus alas, y cuando Jesús está en el barco con ustedes, la tempestad sólo apresura al barco a su deseado abrigo. Bendito sea el SEÑOR, que marcha en la tempestad y en el torbellino, y las nubes son el polvo de Sus pies. "Sé SEÑOR, que Tus juicios son justos, y que en Tu fidelidad me has afligido". - C.Spurgeon