La palabra se refiere a un estado mental perturbado que resulta de la preocupación por las dificultades actuales o potenciales. Preocupación o ansiedad es el interés pagado por los problemas de mañana. Pensemos que el ayer nunca se puede cambiar y el mañana ningún hombre tiene el poder de cambiarlo. Hoy es realmente el único día que tenemos y con la ayuda de Dios, podemos enfrentar cualquier cosa que surja: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Fil. 4:13. ¡La ansiedad te consume la vida! Te quita la energía física y también te debilita mental y espiritualmente. ¡Más de 100 enfermedades se han atribuido directamente a la preocupación! Depresión, insomnio, problemas intestinales, dolor de cabeza crónico, etc....
El dice: "Por NADA estés preocupado". Cuando nos preocupamos y no llenamos de ansiedad, hemos dejado de confiar en el SEÑOR, ¡y eso es un pecado! Porque muestra una falta de fe en la realidad de Dios y en su capacidad para satisfacer tus necesidades, Rom. 14:23. La preocupación llama mentiroso a Dios; duda de Su habilidad y dice "¡Dios no puede!". El es el Todopoderoso: "Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, El mundo y los que en él habitan" Salmo 24:1. Los problemas y las pruebas son reales y nos estarán acechando, pero el SEÑOR te proporcionará de Su gracia, amor y fortaleza para que enfrentes y superes el día de la dificultad. Así que "No temas". Él ha prometido estar contigo en medio de cada situación y ha prometido cuidar de ti. Fil. 4:19; heb. 13:5-6. -RC Trench
Preocuparse está tan prohibido como robar. Es necesario que reflexionemos cuidadosamente sobre esto, para que no la justifiquemos como una "enfermedad" inocente. Cuanto más convencidos estemos de la pecaminosidad de la ansiedad, más pronto percibimos que es muy deshonrosa para Dios y "lucharemos contra ella" Heb. 12:4. Pero ¿cómo vamos a "luchar contra" esto? Primero, rogando al Espíritu Santo que nos conceda una convicción más profunda de su enormidad. En segundo lugar, convirtiéndolo en tema de oración especial y ferviente, para que podamos ser librados de este mal. En tercer lugar, observando su comienzo, y tan pronto como seamos conscientes del acoso de la mente, tan pronto como detectemos el pensamiento incrédulo, elevemos nuestro corazón a Dios y le pidamos que nos libere de él.
El mejor antídoto para la ansiedad es la meditación frecuente en la Palabra de Dios, en sus promesas, sobre la bondad, el poder y la suficiencia de Dios. Cuando el creyente puede darse cuenta con confianza de que "El SEÑOR es mi pastor", debe llegar a la conclusión: "¡Nada me faltará!". Inmediatamente después de nuestra exhortación está: "Pero en todo, mediante oración y súplica, con acción de gracias, sea dada a conocer tu petición a Dios". Nada es demasiado grande y nada es demasiado pequeño para arrojarlo sobre el Señor. "Con acción de gracias" es lo más importante, pero es el punto en el que más fallamos. Significa que antes de recibir la respuesta de Dios, le damos gracias por la misma: es la confianza del niño que espera que su Padre sea misericordioso.
"Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Salmo 27:5 En lugar de preocuparte debes orar. Si tu vida está escondida con Cristo, estás en el lugar seguro, Él es una torre fuerte, un lugar de defensa y Roca de refugio, si permaneces en comunión con Él por medio de la oración, el día de angustia no temas porque el SEÑOR te librará. ¡Oh, cuán bienaventurado es estar en Cristo, en Su presencia! ¡Oh, qué bendición contar con su poder y su fuerza! El SEÑOR es la fortaleza de mi vida, de quien( o de que) temeré? Salmo 27:1 Por nada estés ansioso o preocupado. "Por tanto les digo: no se preocupen(ansiosamente) por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán....."Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y Todas estas cosas les serán añadidas". Mat.6:25-33 - AW Pink