".....Jesucristo está en ustedes" 2 Corintios 13:5
"Jesucristo está en ustedes", Pablo no estaba hablando poética o metafóricamente. Él dice que Jesucristo estaba literalmente morando dentro de los creyentes de Corinto y de nosotros. "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros". 2 Cor.4:7 Cristo vive en nosotros, vasos de barro, como un tesoro precioso, revelándonos la gloria de Dios desde nuestro interior. Cristo está en la persona que permanece en Él. Pensamos en Cristo como una persona separada de nosotros, alguien que nos oye y nos ayuda. Sin embargo, Cristo mismo habla en la parábola de la vid y los pámpanos, acerca de la vida que Él vive en nosotros: "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos" (Juan 15:5). ¿Qué puede haber más cercano o íntimo que la unión entre la vid y el pámpano? Hay muchas especies de uvas; pero en cada una, la savia que está en la vid, es la misma que está en el pámpano. E igualmente, la misma vida y Espíritu que están en Cristo, han de estar en nosotros.
Muchos consideran a Cristo como un Salvador separado y externo. Tales personas nunca pueden gozar plenamente de su salvación. Debo creer en el Salvador interior. Debo saber que así como Cristo está en los cielos, también está aquí en mí, su pámpano. Él entra a mi vida interior y vive allí; y viviendo allí, me prepara para vivir como un hijo de Dios. ¡Cristo entra en mi ser y se convierte en mi misma vida! Él entra a la raíz de mi corazón y de mi ser. Él entra en mi voluntad, en mis pensamientos, en mis sentimientos y en mi vida, y vive en mí en el poder que sólo el Dios omnipresente puede ejercer. Cuando entiendo esto, mi alma se inclina en adoración y confianza hacia Dios. Vivo en la carne la vida de carne y sangre, pero Cristo viviendo en mí es la Vida verdadera de mi vida. Las Escrituras lo dicen hermosamente: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" Gálatas 2:20.
Ahora el punto especial es esto: si Cristo va a vivir en mí, no va a hacerlo a la fuerza, ni sin que yo me dé cuenta. Me llama a venir y ver lo que es su vida. Si deseo su vida, debo renunciar a la mía.También debo abandonar todas las ideas erróneas acerca de lo que realmente es la vida de Cristo. No puedo tener la vida de Cristo en mí con poder, a menos que busque conocer lo que era la vida que Él vivió. ¡Oh, ven y deja vivir en ti al Cristo vivo! Para este propósito, lee la Biblia para informarte sobre la vida que Él demostró con su propio ejemplo. ¿Cómo puedo vivir como lo hizo el Cristo todopoderoso? La Biblia me dice que puedo hacerlo, no con mis propios esfuerzos, sino porque "vive Cristo en mí". Gál. 2:20. "Pero si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia". Rom.8:10. Si yo permito que el Cristo vivo tome posesión de mi voluntad y deseos, puedo andar como Él anduvo.
Escudriña atentamente la vida de Cristo en las Escrituras, y verás que el sello destacado de esa vida es el de la humildad más profunda y de la dependencia del Padre celestial. Él dijo: "No puede el Hijo hacer nada por sí mismo" Juan 5:19. En todo, Él recibía la vida de su Padre. Ya no te conformes con ver a Cristo de lejos. ¡Oh, reclama la plena vida que Dios te ofrece! Permite que Cristo se posesione de ti completamente. Deja que Cristo entre a tu vida: el Humilde, el Obediente, el Sufrido, el que murió, el que vivió dependiendo de Dios; y declara: "Ésa será mi vida, si Cristo vive en mí". Necesitamos una vida con una dependencia absoluta y total de Dios.- Mathew Henry