"El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede". Proverbios 17:14
Si quieres tener un espíritu manso y tranquilo, presta atención a los primeros indicios de enfado. Cuando hay un incendio, no esperas para apagarlo hasta que la casa esté envuelta en llamas, sino que al ver el fuego, o incluso solamente el humo, no descansas hasta que lo has apagado. Del mismo modo debe suceder cuando el enfado comienza a levantarse en tu alma y empieza a prenderse. Resuelve apagarlo tan pronto como comience. Puede ser que un cubo de agua pueda apagarlo al principio, pero luego muchos cubos no podrán hacerlo.
De la misma manera sucede con la ira. Si tienes cuidado al principio, puedes apagarla sin muchas molestias. Pero si la dejas permanecer un poco, se vuelve enorme y es imposible acercarse a la persona. También sucede así con el veneno: cuanto más rápidamente se administre un antídoto, mayores esperanzas hay de curarse. ¡Oh, mira el enojo como si fuera un veneno, y tómate el remedio inmediatamente! Los arranques de ira más temibles han surgido de pequeños comienzos que han acabando desbordándose. ¡Cuántas veces en nuestras familias una pequeña llama produce un enorme fuego! Primero se dice una palabra descuidada. Luego esa palabra engendra otra y otra, hasta que se convierte en un horrible incendio. Ten cuidado al principio.
Un amigo puede pensar que la expresión de otro no es tan amigable como siempre, comienza a sospechar, luego malinterpreta, después empieza a separarse de él y comienzan los chismes y las palabras duras, hasta que llega una confrontación violenta. ¡Todo podía haberse detenido al principio! Piensa de antemano que habrá cosas que frustren tu voluntad. Estar preparado ayuda contra el enfado. Tus empleados ciertamente harán cosas que te desagraden. En el matrimonio, tú y tu cónyuge harán cosas que los desagradan mutuamente. Ser conscientes de antemano de que nuestra voluntad no estará satisfecha con todo, será un medio para calmar nuestros corazones cuando se produzca. ¡Los marineros esperan encontrarse con tormentas! -Jeremiah Burroughs
El comienzo de un amargo conflicto involucra la arrogancia reprimida y la ira de un necio, es comparado con una persona que cava un hoyo en una represa o abre una compuerta, comienza a partir de una pequeña abertura, pero bajo presión acumulada se abre rápidamente y la pequeña fuga se convierte en un cataclismo incontrolado y causa daños irreparables. La contienda hace tristes estragos en familias, barrios, iglesias, naciones. "Deja, pues, la contienda, antes que se enrede". Entonces, cada uno, en su esfera y posición, procure mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz: apagar toda chispa de discordia o contienda. Y para llevar a cabo esta feliz obra, sólo existe un método seguro e infalible, que es el de regular toda nuestra conducta por la Palabra de Dios, de donde se nos instruye a practicar todos los deberes recomendados por el derecho, la razón y la ley. -John Newcombe