ENERO 15

Y Él me dijo: "Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero". Apocalipsis 7:14

“Estos son los que han salido de la gran tribulación". Mensaje dicho a Juan cuando, en la maravillosa visión de Patmos, vio a una grandísima multitud ante el trono y ante el Cordero, vestidos con túnicas blancas. Con respecto a ellos se añade: "Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo". Apoc.7:15 No se nota ninguna excepción entre la multitud; todos soportaron la gran tribulación, y saliendo de ella vinieron a la gloria. Se dice aún algo más de ellos; "han lavado sus ropas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero". Así debe ser con todos los cristianos.- Lord Kinloch

Los santos que ahora están en el cielo eran entonces como nosotros, porque, en primer lugar, fueron probados como los demás. No fueron protegidos del dolor, fueron hechos florecer por la mano maestra del Jefe de los Labradores, en todo su esplendor, en medio de las adversidades y catástrofes propias de los hombres. Incluso no fueron protegidos de la tentación. No digas que no puedes entrar al cielo porque eres tentado, porque todas esas bandas blancas como la nieve alcanzaron su posición gloriosa a través de mucha tentación, así como también a través de mucha aflicción.

Los santos ahora glorificados fueron hombres que sintieron la prueba y la tentación tanto como nosotros. Los hombres buenos, por ser buenos, no están menos tristes cuando sus seres amados les son arrebatados: Jacob hizo duelo por Raquel, y David por Jonatán. Pedro lloraba amargamente, y Pablo tenía una tristeza continua. Los primeros discípulos abundaron en tribulaciones y se les multiplicaron las aflicciones, y son agraviados si pensamos que les fue más fácil sufrir a ellos que a nosotros. Fueron fortalecidos por una fuerza secreta que encontraron en el trono de Dios en Oración, una paciencia que el Espíritu Santo forjó en ellos, y que Él está igualmente dispuesto a trabajar en nosotros.

¿Con qué fin necesitan los hombres la tribulación? Necesitan adversidad para educarlos hasta la madurez completa, porque ellos también fueron una vez niños en gracia. Necesitaban tribulación, además, para ser hechos semejantes a su Salvador.Si hubo alguna diferencia entre esos santos y nosotros, fue que soportaron tribulaciones superiores, porque “estos son los que salieron de la gran tribulación”. Así que no desesperemos por más problemas que nos abarquen hoy, porque aquellos en el cielo pasaron por una gran tribulación, ¿y no podremos nosotros? -CH Spurgeon.

Todos los que estaban en el cielo eran pecadores, porque todos necesitaron lavar sus ropas en la sangre del Cordero, lo mismo que nosotros. Sus vestidos llegaron a ser blancos por un milagro de gracia, porque pasaron por la gran tribulación, donde todo tendía a contaminarlos. La misma fuente que los libró de la culpa del pecado, la Sangre de Cristo, lavó el pecado mismo y los liberó de su poder. El SEÑOR puede hacer una nube blanca de un charco, Él puede hacer santos de los más depravados. No es que fueran llevados inmediatamente a este estado de perfecta pureza. Pasaron años antes de que algunos de ellos fueran completamente santificados y hechos aptos para ministrar entre los santos en luz; y todos ellos fueron acosados hasta la hora de su muerte, en mayor o menor grado, con las corrupciones en lucha de sus malvados corazones. Pero el pecado no pudo seguirlos más allá de esta tierra. -C.Bradley


ORACIÓN: Oh bendito Cordero de Dios, muerto una vez por mis pecados, que ahora estás en medio de las alabanzas del cielo, concédeme que continuamente recuerde que, para llevarme a la multitud de tus redimidos, es necesario salir de la gran tribulación, y así capacítame para pasar por las pruebas que me han sido asignadas, para que esté en el último día ante tu trono, y te sirva día y noche en tu templo, para la gloria de tu gran Nombre. -Lord Kinloch


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