DICIEBRE 26

"Porque Todo lo que hay en el mundo, es decir, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". 1 Juan 2:16-17

La Fe salvadora hará que el hombre ponga sus pies, donde otros hombres ponen su corazón. La fe mira con ojos de desprecio y desdén las cosas de este mundo. "El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". Dice la Fe: Qué son los tesoros terrenales comparados con los tesoros del cielo. Qué son las tinieblas comparadas con la luz; la condenación eterna comparada con el cielo. ¿Qué son todos los tesoros, placeres y deleites de este mundo comparados con las influencias de la gracia de Dios? La fe verdadera hará que el creyente escriba "inútil" sobre las mejores cosas del mundo, la Fe dice como Pablo: "A nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi SEÑOR. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él" Fil. 3:8


La fe que viene del SEÑOR insensibiliza el corazón del creyente a las cosas de este mundo: "Yo estoy crucificado para el mundo, y el mundo está crucificado para mí", Gal. 6:14 "Este mundo", dice la fe, "no es mi casa, mi habitación, mi hogar; busco una patria mejor, una ciudad mejor, una patria mejor", 2 Cor. 5:1-2. El que es heredero de una corona, de un reino, mira con ojos de desprecio y desdén todo lo que está debajo de ese reino, debajo de una corona. La fe le dice al alma que tiene una corona, un reino; y esto hace que el alma desprecie las cosas de este mundo; "Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida". 2 Tim. 4:8.

Cuando Satanás tentó a Jesús le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Mateo 4:8-9 Esta es una de las tentaciones a la que más sucumben los hombres. Pero el SEÑOR le venció diciendo: "Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás" Mat.4:10 Y con el poder del SEÑOR la fe verdadera pone el alma sobre el monte de Dios, y desde allí la fe da al alma una visión, una perspectiva de todas las cosas de la tierra. Y ¡ah! ¡Cómo parecen nidos de pájaros todas las riquezas, honores y glorias de este mundo a aquellos a quienes la fe ha puesto en el alto monte de Dios!

La fe elevó a Moisés, lo colocó entre las cosas invisibles; y eso le hizo considerar todos los tesoros, placeres, riquezas y glorias de Egipto, como granos de arena, como escoria y tierra, como cosas que eran demasiado pequeñas y demasiado bajas para que él pusiera su corazón en ellas. "Por la fe Moisés tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón" Heb.11:26. En verdad, una vez que la fe ha dado al hombre una visión, una perspectiva del cielo, todas las cosas en la tierra serán consideradas pequeñas y despreciadas. "El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre".

Asegúrate que tu mayor deseo no sea el ocuparte como algo indispensable, en cualquier criatura, en cualquier comodidad, en cualquier contentamiento, en cualquier disfrute mundano. Si descansas en cualquiera de las cosas pobres de este mundo, Dios ciertamente te mantendrá fuera de la vista. Él nunca honrará con Su amable presencia, a quienes están cautivados con algo que está por debajo de Él, por debajo de Su presencia.

Cuando empieces a sentirte cautivado por este o aquel disfrute mundano, razona así: "Aquí hay un cónyuge amable, aquí hay hijos preciosos, aquí hay un hogar agradable, aquí hay un clima maravilloso, aquí hay un comercio lucrativo, etc. Pero ¿qué significan todas estas cosas para mí, mientras Dios haya retirado de mí su presencia? Recuerda esto de una vez por todas: que el mundo entero no es más que un desierto árido, ¡sin la misericordiosa presencia de Dios! "Porque el preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz" Rom. 8:6 -Thomas Brooks

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