FEBRERO 11



"Graben, pues, estas mis palabras en su corazón y en su
alma". Deuteronomio 11:18
 

Nuestro Creador, Benefactor, Redentor, Legislador y Juez,  nos ordena
solemnemente que tengamos Sus Palabras en nuestros corazones, como un sello
impreso en nuestra memoria. Con frecuencia el SEÑOR nos exhorta a impedir el
olvido de la Ley Divina y de las Divinas misericordias: “Hijo mío, no olvides
Mi Ley” Prov. 3:1 y Deut.6-6. Deben depositarse en nuestros corazones, para que
nuestros pensamientos puedan emplearse diariamente en ellas. Almacenarlas en
nuestra mente como un agricultor almacena su grano, teniendolas siempre
presentes ante nosotros, convirtiéndolas en los temas conversación y
ejercitandonos en ellas. Son para uso, meditación y memoria; como conservas de
frutos preciosos, recogidos en tiempo de abundancia para ser comidos en tiempo
de escasez invernal; de María, la madre de nuestro SEÑOR, leemos: “Ella
guardaba todas estas palabras y las meditaba en su corazón”, no por obligación
sino por amor.


"   La obediencia sigue siendo la única condición para la verdadera
prosperidad y el éxito en Dios.  En realidad, nada podía ser más sencillo,
ni más precioso. No era un pesado yugo el que se les imponía, sino el dulce
privilegio de atesorar en su corazón los preciosos mandamientos del SEÑOR su
Dios, y respirar la atmósfera de su santa Palabra. Todo dependía de esto. Todas
las bendiciones de la tierra de Canaán, la buena tierra, la tierra altamente
favorecida, la tierra que fluía leche y miel, tierra sobre la cual los ojos del
SEÑOR estaban constantemente fijos con amoroso interés y tiernos cuidados,
todos sus preciosos frutos y todos sus raros privilegios habían de ser de ellos
a perpetuidad, con la simple condición de una amante obediencia a la palabra
del Dios del pacto. Todo ello asegurado sobre la base de una obediencia
reverente y afectuosa a unos preciosos estatutos y decretos como jamás se hayan
dirigido al corazón humano, cada uno de los cuales era la propia voz de su
Libertador lleno de gracia y de verdad. C. Mackintosh

 
Para concluir, comparto algunas frases que darán razones para leer, estudiar,
meditar y "grabar, las palabras de Dios en tu corazón y en tu alma":
"La Biblia es la suma de las palabras con las que Dios ha hablado al ser
humano para que el ser humano lo conozca."  "Creo que la Biblia
es el mejor regalo que Dios ha dado al hombre. Todo el bien que el Salvador del
mundo nos proporcionó se nos comunica en este libro y si no fuera por él, no
sabríamos la diferencia entre el bien y el mal. Toda cosa provechosa al hombre
está contenido en la Biblia” -Abraham Lincoln.   “Cristo es el poder
de Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el
poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que desconocer las Escrituras es
desconocer a Cristo". - Jerónimo.  



 



"La Palabra de Dios es
como un río de agua viva que sacia nuestra sed espiritual." Anónimo 
"Lea la Biblia para ser sabio, crea en ella para ser salvo y póngala en
práctica para ser santo. Contiene luz para guiarte, alimento para
sustentarte y consuelo para animarte" -John MacArthur "¡Qué atención,
entonces, se debe prestar a la Biblia! Es la palabra del Rey de reyes. También
contiene tesoros que valen más que miles de mundos, incluso el Evangelio de
salvación para los pecadores que perecen. Sin embargo, ¡ay! nada, en general,
se descuida más que la Biblia.  O es leída de una manera formal, como un
deber rutinario para realizar una supuesta obra de justicia".- C. Simeon




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