FEBRERO 10

 "QUÉDATE CON NOSOTROS". LUCAS 24:29

Esta es la petición llena de fervor y deseo de dos discípulos camino de Emaús. Nuestro SEÑOR debe ser invitado, reconocido y recibido en la mente y corazón del creyente. La razón de esta solicitud fue la fascinación de Su discurso que les causó una profunda impresión; palabras instructivas, dulces y poderosas, y el efecto producido en ellos al disipar sus dudas, animar sus esperanzas decaídas y avivar sus débiles afectos. Ésa es la consecuencia invariable de estar en la presencia del SEÑOR y conversar con ÉL. Esta experiencia gloriosa despierta el deseo de que la comunión con Él continúe y permanezca. "¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!"

Quien ofrece su corazón para que Cristo more en él y sea su huésped permanente, desea que Él more también en su familia; le insistirá que se quede y lleno de regocijo y júbilo, dirá con la esposa: "Hallé al amor de mi vida; lo agarré y no lo solté hasta meterlo en casa de mi madre", Cant.3:4. Y aunque al principio no lo conozca, pronto le será revelado con todas las certezas de una fe inconfundible. -JA Seiss

Jesús, no se impone a un anfitrión que no lo desee; pero ¡qué feliz está de entrar donde le espera una bienvenida! Convierte las comidas ordinarias en sacramentos; las salas comunes en aposentos reales; y las cosas más simples y hogareñas en símbolos de lo eterno. FB Meyer ¡Oh si tan solo supiéramos redimir el tiempo y pudiéramos apreciar la oportunidad de percibir al Dios que está cerca de nosotros! SEÑOR, concédenos la sencillez de espíritu para que nuestros ojos sean abiertos, y podamos verte tal como eres, dános el discernimiento para entender cuando vienes a nosotros sin ningún signo exterior de Tu gloria.

"¡Recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" Mat.28:20. La presencia de Cristo está acompañada de los efectos más deseables; nadie puede disfrutarlo sin obtener los mayores beneficios de Él. Transmite luz al entendimiento, así como calidez a los afectos; de modo que en proporción a la medida en que Cristo se nos haya revelado, él será la medida de nuestro beneficio en el conocimiento de Él.

Si nuestro SEÑOR y Salvador te da algún fervor en la oración, dile: "¡Quédate conmigo, SEÑOR!" Usa el fervor que Él da para alcanzar un fervor más elevado, para anhelar un amor más ardiente y más profundo; no como si lo pudieras ganar para ti mismo, sino, animado por Aquel que te ha “tendido su cetro de oro de su justicia y misericordia para que lo "toques ” y pidas lo que quieras. Si Satanás quisiera apartarte de Él por alguna tentación o de la oración por cansancio, manténte firme, y di: "Quédate conmigo, SEÑOR", y Él estará contigo todos los días hasta el fin.... Mat. 28:20. -EB Pusey

¿Te ha enseñado el SEÑOR Jesús con Su palabra y Su Espíritu a creer en Él, para que te salves? ¿Ha entrado en tu corazón? ¿Tienes el testimonio de su Espíritu que tu pecado ha sido borrado por Su sangre? Rom. 8:16; Gál. 4:6; 1 Juan 5:10. Si no lo tienes, acude a Él con humildad, está a punto de pasar, y quedarse contigo para siempre. Por medio de la fe y la oración, presionale a que entre en tu alma y se hospede en tu corazón. Que el Espíritu de Dios abra tus ojos. Que te despierte y encienda tu corazón. -Adam Clarke

ORACIÓN: “Quédate con nosotros, SEÑOR”. Tú eres nuestro refrigerio en el cansancio; Tú nuestro consuelo en la angustia; Tú nuestro refugio en la tentación; Tú en la muerte nuestra vida; Tú en el juicio, nuestro Redentor y Salvador. ¡Quédate con nosotros, SEÑOR!". El enemigo es fuerte y nosotros, por nuestros pecados, débiles; “ Quédate con nosotros” y sé nuestra fuerza. Siempre estamos sujetos a cambios, "Quédate con nosotros, SEÑOR", en quien "no hay cambio ni variación". Los placeres del mundo nos pueden apartar de ti; “Quédate con nosotros, SEÑOR”, y sé Tú nuestro gozo. -EB Pusey
¡Qué preciosa oración! Al levantarnos, al ir a dormir. Antes de comer, de salir de casa, antes de empezar a trabajar, antes de cada decisión, digamos: ¡QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR!

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