
Pablo dijo: SEÑOR, ¿qué quieres que yo haga? Hechos 9:6
Esta pregunta indica un alma sometida, un espíritu humilde. Justo antes, solo había tratado de hacer su propia voluntad; ahora preguntaba cuál era la voluntad del Salvador. Justo antes de haber estado involucrado en una carrera de oposición al SEÑOR Jesús; ahora buscaba de inmediato hacer Su voluntad. Esto indica el cambio en la mente del pecador cuando se convierte. El primer acto del cristiano es entregar su propia voluntad a la de Dios, y resolver hacer lo que Él requiere. Esto indica la verdadera naturaleza de la conversión.
Pablo no debatió el asunto, no preguntó qué pensaría el mundo. Con una rapidez característica, se entregó de inmediato, y completamente, al SEÑOR Jesús, evidentemente con el propósito de hacer solo Su voluntad. No puede haber una conversión real en la que el corazón y la voluntad no sean dados al SEÑOR Jesús, para ser dirigidos y moldeados por Él. Podemos probar nuestra conversión entonces con el ejemplo del apóstol Pablo. Si nuestros corazones han sido abandonados como lo fue, somos verdaderos amigos de Cristo. – Albert Barnes
Esta pregunta “SEÑOR, ¿qué quieres que yo haga?”, fue el primer fruto de la conversión de Saulo, el perseguidor, a Pablo, el apóstol de los gentiles. Cegado por el resplandor del cielo que le había derribado al suelo, se encomendó completamente a la guía del Salvador que ahora ya conocía, y fue a donde quiera que este quisiera dirigirle. Esta pregunta es la que sus discípulos siempre deben hacer a Cristo, no solo en el momento de su conversión, sino en todo el curso de su vida cristiana. “SEÑOR, ¿qué quieres que yo haga?”, es algo que deben preguntar incesantemente. A veces deben someterse a una respuesta que tarda en llegar, como lo hizo Pablo “se te dirá lo que debes hacer”. Hechos 9:6
Oh, bendito SEÑOR Jesucristo, que claramente te has manifestado a mi vista como si fuese por un resplandor del cielo, dame la gracia para hacerte esta pregunta, “¿qué quieres que yo haga?”, y ayúdame a soportar pacientemente tu respuesta y seguir tu mandamiento fielmente, para alabanza de tu Espíritu que me guía. Amen-Lord Kinloch