FEBRERO 22

"Feliz el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR." Salmo 144:15


Hay un verso similar en Deuteronomio 33:29: Dichoso tú, Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvado por el SEÑOR?. Quién tan bendecido, quién tan bien cuidado, quién tan favorecido como el Israel de Dios. Todas estas bendiciones eran figuras de misericordias del Evangelio, y en Jesús las vemos realizadas. Bien puede todo hijo de Dios decir: "Feliz eres tú, oh creyente, sí, feliz es el alma cuyo Dios es el SEÑOR.


Dichoso aquel cuyas tinieblas se han iluminado con la luz de Cristo. ¡Sí, feliz el hombre a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo! Sal.32:1 ¡El SEÑOR es fuente incesante de fortaleza, protección, bendiciones terrenales y misericordias eternas! ¿Es esta tu porción? ¿Puedes llamar a Dios tu Padre, a Jesús tu Redentor, a Dios el Espíritu tu Maestro, santificador y glorificador de Jesús? Dulce testimonio, cuando estas cosas viven en el corazón, y Cristo, la esperanza de gloria, es formado allí".


Toda la felicidad y bienaventuranza del pueblo de Dios consiste en esto: ¡que Dios es su Dios, y que Él es su porción, y que ellos son Su herencia! ¡Oh, la felicidad acumulada de aquellos cuyo Dios es el Señor! ¡La felicidad de ellos es tan grande y tan gloriosa que no se puede concebir ni expresar! No hay nada que pueda hacer desdichado al hombre si tiene a Dios como su porción, y nada puede hacer al hombre verdaderamente feliz si carece de Dios como su porción. Dios es el autor de toda verdadera felicidad. Dios es el dador de toda verdadera felicidad. Dios es el que mantiene toda verdadera felicidad. Dios es el centro de toda verdadera felicidad y bienaventuranza. Por tanto, aquel que le tiene por su Dios, por su porción, ¡es el único hombre feliz en el mundo!- Thomas Brooks

"Feliz el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR", como si hubiera dicho: Es deseable tener prosperidad temporal, pero la verdadera y principal felicidad del pueblo de Dios no consiste en ello, ni en nada común a ellos con la gente del mundo, sino en este privilegio peculiar, que el Dios vivo, verdadero y bendito es su Dios por pacto y relación especial, y que disfrutan de su favor, amor y gracia, según el tenor del pacto, aunque no tengan abundancia de los bienes de este mundo, ¿pues que provecho tiene el hombre si gana el mundo y pierde su alma?Mat.16:26; si el mundo pasa a ser nuestro, pero no Dios, no hemos conseguido la felicidad. - Joseph Benson Sí feliz, dichoso, bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR.

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